Una bitácora de acompañamiento en mi viaje por la Web 2.0

miércoles, 6 de junio de 2007

Kavafys ilustrado


Constantino Kavafys es uno de mis poetas favoritos. Su poesía es depurada y sus metáforas intensas. Sus referentes orientales (Nació en Alejandría el 29 de abril de 1863 y murió en la misma ciudad el 29 de abril de 1933, el día de su 70 cumpleaños), urbana y épica está además impregnada de un erotismo sutil e intenso. Valga entonces, para este ejercicio, algunos de sus poemas:


REGRESA

Vuelve a menudo y tómame,
amada sensación, regresa y tómame.
Cuando la memoria del cuerpo despierta,
su viejo deseo vuelve a rodar en la sangre;
cuando los labios y la piel recuerdan
mis manos sienten como si tocaran de nuevo.
Vuelve a menudo y tómame, en la noche,
cuando mis labios y mi piel recuerdan...



FUI
No me ligué.
Por entero me liberé y me fui.
Hacia goces que estaban
parte en la realidad, parte en mi ser,
en la noche iluminada fui.
Yo bebí un vino fuerte,
como sólo el audaz bebe el placer.



UNA NOCHE

La habitación pobre y vulgar,
escondida en los altos de la taberna equívoca.
Desde la ventana la calleja,
estrecha y sucia. Y las voces abajo
de unos cuantos obreros
distrayendo su tiempo con las cartas.

Y allí, sobre aquel lecho ordinario y humilde,
el cuerpo tuve del amor, los labios
voluptuosos de la embriaguez, purpúreos
de tal embriaguez que cuando ahora,
después de tantos años, esto escribo
en mi casa vacía me embriago de nuevo.


PERMANECE UNA IMAGEN

Sería la una de la noche
o la una y media acaso.

En un rincón de la taberna,
tras el tabique de madera.
Los dos tan sólo en el lugar vacío.
Una lámpara de petróleo vagamente lo iluminaba.
Dormía el sirviente a la puerta la fatiga de la vigilia.

Nadie podría vernos. Aunque ahora
la pasión era tan intensa
que la prudencia desbordaba.

Entreabrimos nuestros vestidos, ya muy escasos en el ardor
de un divino mes de julio.

Cuerpo gozado en la levedad
de las ropas entreabiertas.
Desnudez breve de la carne, cuya imagen ha atravesado
veintiséis años y ahora acude
y permanece en el poema.


JURA

Jura una y otra vez que rehará su vida.
Mas al llegar la noche y sus consejos,
sus compromisos, sus ofrecimientos,
mas al llegar la noche con su propio poder,
el del cuerpo que quiere y pide, al mismo
fatal placer, perdido, se dirige de nuevo.


3 comentarios:

Patricia Senicén dijo...

Juliana:
Gracias por Kavafys ilustrado, simplemente bellísimo. Para leer por el placer eternamente.
Cariños

Diana F. Zalazar dijo...

Bello y sutil. Leer esto me reconcilia con mi padre ya que es uno de los poetas que más ama. A veces tiene razón el viejo.
Gracias July

Juliana Boersner dijo...

Gracias. Qué hermoso que me digan eso. Kavafys es fundamental para mi. Hermoso poder compartirlo con ustedes y que resuene...
Y ... sí, Diana... a veces los viejos de uno tienen la razón, aunque nos cueste aceptarlo (sé que no es el caso, el de los poemas...)
Besos