Una bitácora de acompañamiento en mi viaje por la Web 2.0
miércoles, 18 de julio de 2007
La web 2.0 desde mi camarote y cerca de la estación final
La tarea de esta semana, en la que ya estamos a punto de culminar el recorrido del tren por la Web 2.0, es relatar nuestra experiencia del viaje y a mi se me mezcla un poco todo, pero una de las cosas interesantes es que lo primero que aflora es el tema de la gente: a quién conociste o no conociste, la tristeza porque se termina una experiencia humana y luego lo que aprendiste aparece en último lugar y no porque no hayamos aprendido nada. Es más, probablemente aprendimos como nunca y he aquí lo interesante: quizás el mejor aprendizaje es aquel que adquieres sin darte cuenta, como el que tuvo Malena, la hija de Carlos y Diana, cuando descubrió el misterio de la lectura. Apareció, estaba allí, emergió en el caso de ella, una nueva estructura cognoscitiva que abrió el espacio para el aprendizaje más formal de la lectura.
Yo también rescato, en primer lugar, el curso como una experiencia humana y eso ya nos da la clave de que lo hemos estado haciendo bien porque la Web 2.0 es, por encima de todo, una web basada en las relaciones, en las interrelaciones humanas: sin ellas no hay web de ningun tipo. Recuerdo que los maquinistas estaban sorprendidos en los primeros momentos de la intensidad de la participación de los pasajeros y no era para menos: la novedad de la experiencia, el símil mismo del tren que fue lo suficientemente interesante como para mantenernos atentos, activos y sobre todo, creativos. Para mi fue toda una sorpresa y voy al otro punto que quiero resaltar para mi: la experiencia de inmersión. Esta es, quizás, la principal ganancia que me llevo desde el punto de vista de la comprensión, porque una cosa es hablar de ello desde lo teórico y otra muy distinta es hacerlo desde lo personal, desde lo vivencial. Cuando se logra, como fue el caso, hacer del aprendizaje una experiencia placentera, divertida, artística, tenemos todo ganado porque no hay nada de qué defenderse.
Creo que finalmente no habrá manera de bajarnos del tren. Me explico: tendremos que bajarnos de este tren necesariamente pero solo para ser ahora nosotros maquinistas de nuestros propios recorridos y lo divertido es que podremos montarnos en cualquiera de los vagones de los otros trenes porque justamente se cumplió la premisa de que la red es una red de personas, que se construye por las relaciones que se establecen entre los seres humanos en su construcción de comunidades. Y lo digo yo que estoy físicamente más lejos pero que he podido, vía skype, msn, gtalk, flickr, orkut, youtube, etc. comprender que la distancia no existe como antes, aunque la piel siempre sea un deseo. Las relaciones mediadas por la tecnología son entonces una realidad, como lo es el aprendizaje que hemos obtenido.
Y ahora me pregunto quiénes habrán aprendido más: ¿los maquinistas o los pasajeros? Me encantaría saber la perspectiva desde la sala de máquinas.
Nota de la fotografía: es la nueva estación de trenes de Lisboa hecha, nada más y nada menos, que por el arquitecto Santiago Calatrava.
Tomada de Flickr (como debe ser), la imagen pertenece a la galería de Juan E, "un mexicano que vive en España".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
y despues de un tiempo dejandote miguitas de pan, a ver si me encontras, que lindo lo que escribis y espero no sonar cursi de verdad es bello
no creo poder agregar nada mas
Carlos
He llegado hoy a tu puerto y creo que volveré con frecuencia. Me gusta este rincón. Felicidades.
Juliana: Coincido plenamente con vos en tu comentario sobre el tren, los por qués de nuestras reacciones, la habilidad de los maquinistas, entre otras cosas. En estos días realizaré también mis comentarios en mi blog. Te agradezco infinitamente tus saludos y que te hayas acordado de mi el miércoles y aprovecho para saludarte ya que aquí hoy se celebra el día del amigo, sinceramente te siento así.
Adriana (tu compañera de tren)
Carlos! Si... la verdad es que hemos estado buscándonos y desencontrándonos pero sé que aunque nos bajemos del tren estaremos conectados. Tenemos conversaciones pendientes. Gracias por tus lindas palabras y ya pasaré por tu camarote a dejar un mensaje.
Ana!! Qué lindo que pases por aca y que me dejes tus palabras.. Un beso.
Adri!!! Sabes que una de las cosas que más celero es la sincronicidad. Yo no había entrado a Orkut (espero que tengamos tiempo de conversar con más detalle algunas de las cosas) y alli estaba Paffff cumplías años... Comencé a buscar como loca a Carlos pero no estaba hasta que finalmente apareció y le dije y tu estabas conectada. Enfín, que fue muy lindo compartir ese rato y el que nos quedaaaa! (Estoy segura que si).
Besos grande!
Publicar un comentario